¿Qué es el dolor?
La respuesta parece sencilla, pero es realmente compleja: El dolor es SIEMPRE una respuesta ante una AMENAZA. Esta situación de amenaza puede tener su origen en estímulos que llegan desde los diferentes tejidos del cuerpo (un corte, una quemadura o irritación química de un tejido de nuestro cuerpo) o en forma de emoción (generada en nuestro complejo cerebro) , cogniciones o creencias que hemos adquirido a lo largo de nuestra vida (creemos que nuestra espalda es débil porque nos la ha dicho el médico o nuestra vecina) o a través de experiencias previas (una vez sufrimos dolor cuando cogimos peso y cada vez que cogemos peso aparece el dolor)
El dolor SIEMPRE es UNA RESPUESTA. El dolor nociceptivo, se genera a raíz de un estímulo potencialmente nocivo que llega a nuestro sistema nerviosos central a través de los distintos receptores que tenemos repartidos por los diferentes tejidos de nuestro cuerpo (receptores de temperatura, receptores de movimiento o receptores de sustancias químicas). Estos receptores mandan mensajes a nuestro cerebro en forma de señal eléctrica a través de las neuronas.
Una vez allí se analiza y se genera la sensación de DOLOR cómo respuesta ante dicha información. El dolor no es la única respuesta, ante un estímulo nocivo o peligroso, también se activan los sistemas de lucha o huida: el pulso se acelera, con el ritmo respiratorio ocurre lo mismo, se contraen los músculos largos para prepararnos para la huida, se produce una activación del sistema nervioso simpático que hace que nuestras pupilas se dilaten, que dejemos de salivar, retrasa el proceso de digestión...
A nivel hormonal también se produce una secreción de cortisol que es la hormona del estrés y favorece esta respuesta de huida. Sólo tienes que imaginar cómo reaccionarias ante el mordisco de un perro.
La función biológica del dolor es la supervivencia del individuo que lo sufre, la protección de una zona que ha sufrido una agresión o daño. Aunque como veremos con el dolor crónico, en estos casos el dolor pierde totalmente su función biológica.
¿Qué similitud hay entre el dolor y el hambre?
El dolor es un proceso similar al HAMBRE, los receptores de nuestros vasos sanguíneos detectan que existe disminución de glucosa en sangre, mandan la información al cerebro y el cerebro genera la sensación HAMBRE. Tras ello, se pone en marcha las respuestas necesarias para que busquemos alimento y cumplamos con las demandas de nuestro organismo. En este caso se produce como respuesta una activación del sistema nervioso parasimpático que hace lo contrario al simpático: comenzamos a salivar, nuestra musculatura se relaja, se favorece el proceso de digestión, etc....
Tanto el dolor como el hambre son una percepción. En la respuesta HAMBRE O DOLOR nuestro sistema nervioso, no sólo toma parte en la generación de la experiencia la información que llega de los receptores de la glucosa en sangre o de los estímulos mecánicos, térmicos o químicos de nuestros tejidos. También juega un papel importante la información que proviene del resto de sentidos como la vista, el olfato, el gusto o el oído. Toda esta información es procesada en nuestro cerebro y se genera una percepción.
Además también juega un papel importante en las percepciones nuestras emociones, cogniciones y experiencias que hayamos vivido en el pasado entre otros factores de los que hablaremos.
¿Cómo influye lo que creemos, lo que vemos, oímos o sentimos en la percepción del dolor?
Sigamos con el hambre, Imagina que es domingo, tu día de descanso y vas con tus amigos a los que tienes muchas ganas de ver a un buen restaurante, te encuentras bien, estás cómodo y alegre, te han hablado maravillas de ese restaurante y al entrar sientes que es magnífico, está limpito, los camareros visten de traje y las carnes expuestas en el expositor tienen una pinta brutal. ¿Qué cree que pasará con tu percepción del HAMBRE?
Bien, ahora imagina que un Lunes, sales del trabajo, ha sido un día malo y todos los bares están cerrados, te toca ir al que más mala fama tiene de tu barrio, con un compañero de trabajo al que no soportas. Cuando entras al restaurante está sucio y el camarero parece estar un poco harto de día. ¿Qué crees que pasará con tu percepción del hambre?
Con el dolor ocurre algo similar, hay situaciones en las que nos cortamos o nos golpeamos y no somos ni conscientes pues nos sentimos en un momento en el que el dolor no es relevante porque estamos distraídos, o "porque estoy de cena con mis amigos y el corte que me acabo de hacer no me puede impedir pasármelo bien en esta justo momento que llevo tanto tiempo esperando".
Sin embargo hay días en los que nos sentimos fatal, no tenemos ganas de nada y al más mínimo golpe, percibo cómo si me hubiese pasado un coche por encima.
A veces ni necesitamos dañarnos un tejido, ¿Quién no conoce a alguien que en situaciones de estrés tiene dolor de cabeza? o ¿a alguien que en situaciones de ansiedad tiene dolor cervical o lumbar?.
Pero esto lo abordaremos en futuros episodios.
¿Quién no conoce a alguien que en situaciones de ansiedad tiene más hambre? o ¿En situaciones de estrés tiene "el estómago cerrado?
¿Cómo puedo manejar esto, Ángel?
El dolor agudo asociado a un daño en el tejido quizás sea el más sencillo de manejar -a veces puede ser muy complejo- Todos sabemos que un corte en la piel se recupera y cicatriza o que una rotura muscular tiene un tiempo de recuperación. En estos casos la recuperación sigue un curso temporal en los que el dolor tiende a disminuir progresivamente o a veces pueden existir altibajos que debemos saber manejar.
Existen otras patologías que sabemos que son recurrentes y que suelen generar episodios de dolor a lo largo del tiempo, en este caso debemos saber manejarlas y debemos enseñar estrategias a los pacientes para manejar su dolor. Todos conocemos a personas diabéticas o hipertensas que saber medir su glucemia o tensión y tienen estrategias para controlarla.
En el caso del dolor de larga evolución las estrategias a seguir son completamente distintas, en estos casos hay que re-entrenar a nuestro sistema nervioso para no sentir dolor ya que se encuentra en un estado de protección constantemente. Lo abordaremos en el futuro.
¿Qué tal si empezamos a enseñar a nuestros pacientes a volver a su normalidad sin necesidad de depender de nadie? ¿No es este el verdadero objetivo de un fisioterapeuta?
Saludos virtuales.
Ángel Ramón Antequera Antequera
Referencias:
1- Butler D, Moseley L. Explain Pain. Noigroup. Adelaida. Australia. Noigroup Publications. 2003.
2-Lopez-Cubas C. Cuentos analgésicos. Herramientas para una saludable percepción del dolor. 2ed. Córdoba. Zérapi Fisioterapia avanzada. 2018.
3- Goicoechea A, Goucoechea I. Desaprender la migraña.1ed. Impreso en Alemania (Amazon). Agosto 2019.
4- The pain and the art. An approach to reality. Cordero-escobar I.Rev Cub anestesiol reanim Vol 1. Ciudad de la Habana ene-abr. 2012